Para el diseñador y editor de sonido, Martín Hernández, todos en este mundo contamos cuentos, y él, lo hace con tres ingredientes: música, efectos y diálogo. Y para mostrar cómo hace magia con el audio, presentó su clase magistral en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, edición 35.

Con una computadora y decenas de fragmentos de su trabajo, mostró al público la manera en que el sonido puede envolver una historia.

Al iniciar, las luces del Conjunto Santander se apagaron y la magia del sonido los llevó en un recorrido por las calles y el metro, acompañando de la voz de Martín Hernández.

“Mi trabajo es encontrar, rascando de la memoria, dónde está algo que había escuchado algún día que tenía que ver con esa historia, y a veces cuesta trabajo y no lo encontramos”, comentó Martín Hernández.

Platicó sobre su debut en “Amores Perros” en el 2000, donde le fue casi imposible encontrar los sonidos y dar cobijo a la historia, pero que al final lo logró.

“Van a sacar un blu-ray y es fantástico que 20 años después pude arreglar mi error”, mencionó al presentar cómo sonaba una escena con Gael García hace dos décadas y cómo quedó con el sonido restaurado.

Contó cómo hace un par de décadas debía grabar track por track y que la computadora no tenía tantas herramientas, una especie de locura al editar sonido. Pero ahora, la tecnología lo facilita más.

“Eso sí, la tecnología es sólo una herramienta, pero hay que saber qué decir con ella”.

Martín Hernández nació en 1964.  Se graduó de la Universidad Iberoamericana como licenciado en comunicaciones.

Comenzó en la radio junto con Alejandro González Iñárritu, como locutor y productor en WFM Radio.

En el 2000 fue invitado por Iñárritu para trabajar en “Amores perros” como diseñador y editor de audio. Así comenzó su carrera multipremiada.

En su filmografía se encuentra “Birdman”, “Revanent: El renacido”, y las series “Hernán” y “Oscuro deseo”.

“La música debe ir a la par de la narrativa emocional, el sonido no tiene que ser elocuente, cuando lo hacemos mejor es cuando menos lo notas, pero está. Es mejor que intentar ser el protagonista, sería como un mal actor que sobreactúa”, explicó Martín Hernández.