En el marco de la 38 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG38) se llevó a cabo el panel “Mitos y realidades del cine universitario. Episodio 01. La divulgación, ¿dónde estamos?” En él participaron tres funcionarios del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC): Alfredo Loaeza, director; Claudia Prado, encargada de Divulgación y Distribución, y Benjamín Romero Salinas, encargado de Educación; así como Itzel Rangel, coordinadora de Vinculación y Difusión del Departamento de Imagen y Sonido (DIS) de la Universidad de Guadalajara.

En la charla, los participantes afirmaron que todas las producciones son parte de un proceso de formación. “El éxito nunca debe ser un objetivo, nunca un propósito, eso es imaginario”, aseguró Benjamín Romero y añadió que el propósito verdadero del cine es comprender la experiencia de ser la película.

“Una película bien recibida, una película sólida, ayuda a la consolidación de la misión de una escuela. Tu objetivo no debe ser el alcance que reciba la película, sino disfrutar y expresarse y la autenticidad de la película es lo que mejor se recibirá”, señaló.

Romero Salinas habló sobre la difusión de los cortometrajes en las escuelas de cine, si se basan por el nivel y la forma o si se pasa por un proceso de selección. Puso como ejemplo el CCC, donde se busca que todo lo producido ahí sea visto; ellos creen fielmente en que el proceso de enseñanza y aprendizaje de producción de una película. “Sería un despropósito producir para que no se vea”, recalcó.

Y añadió que existen dos formas de hacer esto posible: mucho empeño al acompañamiento a los alumnos para sus películas en festivales y mucho empeño en la distribución de la misma. También es importante considerar que hay películas que tienen mejor acomodo en festivales que en otras, matizó.

Por su parte, Claudia Prado destacó la necesidad de transformar el acercamiento a la cultura cinematográfica, crear un ecosistema que incluya toda la parte comercial: que se difunda en la radio, en la telenovela, en los espectaculares, en el periódico, etcétera. Esto con el fin de que todo el público pueda reconocerla. En el caso del CCC, la escuela trata de vincularse con las secretarías de cultura para la difusión.

Como dato adicional aclaró que la información sobre el proyecto debe estar disponible en las plataformas porque “si a la gente le interesa tu contenido, seguirá buscando más de él”.

Por su parte, Itzel Rangel, coordinadora de Vinculación y Difusión del DIS dice que “una película cumple su ciclo hasta que se proyecta”. Y lo primero para cumplir eso es con organización y la productización de los proyectos, esto va desde las licencias hasta los contratos, el registro de guion, etcétera. Según refirió, en el caso de la UDG se apoya a los alumnos con la ruta de festivales, donde ellos puedan presentar sus proyectos.

En el CCC no sólo terminan el rodaje, sino que deben continuar con la difusión de la producción. Claudia Prado recordó que el proceso de licencias, derechos de imagen, etcétera, es algo primordial, y seguir el proceso es de profesionales; añadió que siempre en la producción debe de haber alguien que pueda encargarse de los documentos jurídicos. También, afirmó, es primordial que alguien del equipo sea el encargado de la difusión publicitaria, y de información como trailers, posters, making off...

Sin embargo, los ponentes coincidieron en que los festivales esperan que todo el proceso de creación de películas sea profesional. Y los invitados invitan a los creadores de películas a asistir a estos espacios donde puedan promocionar sus proyectos. Este proceso es de primera importancia para los productores comiencen con la difusión desde antes de terminar la película.