El actor más galardonado de los Premios Platino, Alfredo Castro, encabezó la clase magistral “Actuar es para mí, el deseo vigoroso de pensar otro cuerpo” en el marco de la edición 39 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Castro expuso el concepto del tercer cuerpo como método de actuación.
Con una carrera destacada en el teatro y el cine, Castro reveló cómo ha logrado desempeñar diferentes roles fusionando sus pasiones y habilidades tanto al frente como detrás de la cámara. Su testimonio ofreció una visión íntima sobre su evolución artística, consolidándose como un referente latinoamericano en la industria cinematográfica.
Asimismo, confesó que le ha costado el oficio actoral, pues ha recorrido cada uno de los métodos existentes de interpretación y, sólo hasta entonces, ha logrado encontrar su propia técnica: la de metabolizar el personaje. Crear un tercer yo, ese que es la mezcla entre el actor y el personaje ficticio, y al que se le presta el cuerpo y el alma para poder darle vida.
“Actuar es para mí el deseo vigoroso de modificar un cuerpo de ficción, una invención literaria. Un sujeto que simula una vida y, desde ahí, metabolizar y pensar que estos son los cuerpos personajes. Pensar y vivir sus logros existenciales, culturales, políticos, sus batallas y preguntarnos: al personaje y yo, ¿dónde nos duele la vida?”.
Por otra parte, Alfredo habló del conflicto de trabajar con personajes que tienen puntos de vista totalmente distintos a los suyos, algunos que pretenden defender lo indefendible. Describió lo complejo que es, pues su objetivo a la hora de actuar es no actuar, sino ser el personaje.
Ante este método de actuación, que implica una relación estrecha entre el actor y el personaje, Castro comentó que, respecto a su salud mental, el problema realmente lo lleva su familia, ya que de repente su pareja puede encontrarse “conviviendo con Salvador Allende”. Mencionó que precisamente para solucionar este tema, fue necesario la creación de un tercer cuerpo que le permita salir de la locura.
“Es una mediación, una tríada, un poco edípica también, de yo, la ficción y el otro. Yo al otro le puedo decir: ‘Hasta aquí. Son las seis de la tarde, vuelvo a la casa y se acabó’”.
Finalmente, el diálogo concluyó con las anotaciones que hace el actor chileno sobre su forma de prepararse para un papel. En su opinión, la forma que le ha funcionado es a través de lecturas y conversaciones sobre el guión que le ayuden a comprender a la persona a la que representará, pues para él “ensayar mata la experiencia”.