Durante el tercer día de la edición 39 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) se presentó el libro El cuerpo del delito / los delitos del cuerpo: la colección de cine pornográfico “callado” de la Filmoteca de la UNAM, del periodista e historiador de arte mexicano Juan Solís, un trabajo de investigación publicado por la Universidad Iberoamericana.
Juan Solís, periodista e historiador de arte, presenta un análisis de 29 cortos que forman parte de la colección de cine pornográfico de la Filmoteca UNAM. La presentación contó con la participación de Hugo Villa Smythe, director general de actividades cinematográficas de la Filmoteca UNAM, y la investigadora Anaeli Ibarra.
En este libro el autor rastrea la historia de producción, exhibición y distribución de cine porno en México durante la primera mitad del siglo XX, así como el rol de cómplice que cumplió en la invención de un nuevo imaginario colectivo al nutrirse de los prototipos fisionómicos, de género y de clase impuestos para la creación de una nueva mexicanidad tras la institucionalización de la revolución en México.
El investigador analiza el cine pornográfico mexicano deshaciéndose de los tabúes y lo examina como una industria dedicada a la economía del deseo, así como un ejercicio que establece y construye relaciones de poder a través del relato: “Es una escuela de desear, de aprender a desear”, precisó el autor.
Las 29 cintas analizadas representan el cine que, dentro de la clandestinidad, se consolidó como una industria rentable que atravesó y sobrevivió momentos históricos tan turbulentos como la Guerra Cristera, dejando en claro que el cine porno es y será parte de la historia del cine mexicano.
Otras presentaciones
Junto con la publicación ya mencionada, la tarde del mismo domingo se presentó también el libro El nuevo cine y la Revolución congelada: historia política del cine mexicano en los setenta, de Israel Rodríguez, que narra cómo el fenómeno de crisis de públicos y de renovación industrial ocurrida en varias cinematografías a lo largo del planeta cobró forma en México en medio de una reconfiguración política impulsada desde el corazón del régimen priista.