
Desde las perspectivas de dos diseñadores de producción, Bárbara Enríquez y Eugenio Caballero, la vestuarista Ana Terrazas y el cinefotógrafo ecuatoriano Enrique Chediak, el diseño escénico, el vestuario y la imagen son vehículos narrativos.
Por ello, la conversación de esta familia cinematográfica reunida en el panel Narrar desde la imagen, parte de las actividades del FICG40, giró en torno a la creación de mundos que dan vida a los espacios de una historia, destacando las alianzas creativas como parte clave en el proceso.
Eugenio Caballero, director de arte de películas como El laberinto del fauno (2006) y Roma (2018), describió a su equipo como una “familia cinematográfica”, explicando que el diseño de producción consiste en armar un entramado de capas que otorgan profundidad al cine. Esto implica una planeación exhaustiva, y subrayó la importancia del trabajo en conjunto con otros departamentos, entendiendo el proceso creativo como una red colaborativa.
Por su parte, Bárbara Enríquez, diseñadora de producción de Sueño en otro idioma (2017), enriqueció el punto al afirmar que se trata de un “baile juntos”. Además, señaló con seguridad que el reto de crear espacios implica transmitir la historia ajustándose a un presupuesto, y que la dirección de arte exige sumergirse en el mundo que habitan los personajes para aportar realidad a una película.
En ese mismo sentido, Ana Terrazas destacó el papel del diseño de vestuario, donde el color y las texturas son parte de los personajes y nos permiten ver su recorrido. Enrique Chediak, director de fotografía de Una película de Minecraft (2025), comentó que trabajar junto a un director abierto al diálogo y a la conceptualización del equipo favorece el flujo creativo y técnico durante la producción.
Y finalmente, Caballero comparó el dirigir arte para una película con el armado de un rompecabezas, en el que las ideas son las piezas con las que todo se construye. En sus palabras: “Es un juego de crear mundos”.