MÁS DE 300 PELÍCULAS Y UNA PASIÓN POR CONTAR HISTORIAS: PAULO BRANCO EN EL FICG40

En el marco de la edición 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG40), el reconocido productor portugués Paulo Branco ofreció una clase magistral en la que compartió su visión sobre el cine y la producción independiente. Su trayectoria abarca colaboraciones con directores como Raúl Ruiz, Manoel de Oliveira, Wim Wenders y David Cronenberg. En la clase magistral La Libertad de Hacer Cine Branco habló de su experiencia produciendo títulos como Cosmos (2015) y O Velho do Restelo (2014), guiado siempre por la curiosidad y la pasión por contar historias.

Aunque su formación original fue en ingeniería química, Paulo Branco asegura que fue la curiosidad lo que lo llevó al mundo del cine. Más que seguir un camino preestablecido, él buscaba tomar las riendas de su vida y construir una trayectoria propia, alejada de lo convencional.

Además, confesó que no se considera un experto en el cine, sino alguien que continúa aprendiendo con cada proyecto. Afirmó que este oficio se descubre y se perfecciona en el camino, y que fueron las personas que conoció a lo largo de su trayectoria quienes lo impulsaron a dedicarse al séptimo arte.

Con más de 300 películas producidas, Branco destacó que cada proyecto representa un nuevo reto y requiere una perspectiva distinta. “Tenía que ser una especie de camaleón”, comentó el director al subrayar la importancia de adaptarse a la visión de cada cineasta y transformar su enfoque con cada historia.

Para él, producir no se trata únicamente de resolver problemas, sino de un proceso en el que convergen muchas dimensiones, tanto profesionales como personales. Subrayó que las relaciones en la industria cinematográfica van más allá de lo laboral. Sobre sus inicios en la producción comentó: “Producir para nosotros era una aventura, era escapar de todas las reglas que se intentaban imponer al cine”.

Branco señaló que su labor como productor no termina cuando una película se filma, su verdadero compromiso es garantizar que esa obra sea vista y llegue a los festivales. Para él, producir también implica “asegurar que la memoria de los directores y de la película perdure”. 

La clase magistral concluyó con una ronda de preguntas del público, durante la cual compartió con humor que producir cine es un juego arriesgado: “Nunca he tenido dinero, soy un gran productor de deudas”, bromeó. Sin embargo, afirmó con orgullo que su principal objetivo siempre ha sido que ninguna película quede inconclusa. De las más de 300 que ha producido, todas se terminaron y lograron ser exhibidas.

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