UNA NOCHE CON “EL DÍA DE LA BESTIA”

El Cineforo, sede de actividades del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), proyectó la película El día de la bestia (1995), dirigida por Álex de la Iglesia. Esta película, que ha dejado huella en el cine español, fue recibida con gran entusiasmo por los asistentes del Festival.

Alex de la Iglesia en backstage previo a su Clase Magistral “El Universo del Cine de Género Fantástico” en la edición 39 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Sala Plácido Domingo del Conjunto de Artes Escenicas. Guadalajara, Jalisco, México. Sábado 8 de junio de 2024. Foto © FICG / Chalo García

En El día de la bestia se narra la historia del sacerdote Ángel Berriartúa, interpretado por Álex Angulo, quien descubre que el anticristo nacerá en Madrid en la víspera de Navidad. Convencido de que debe impedir el apocalipsis, el padre Berriartúa decide sumergirse en el pecado para ganarse la confianza del diablo y así detener el nacimiento del anticristo.

A lo largo de su delirante misión, Berriartúa se alía con José María, un fanático de death metal, interpretado por Santiago Segura, y con el presentador de televisión y ocultista, Cavan, a quien le dio vida Armando de Razza. Este particular grupo se sumerge en una serie de situaciones absurdas y peligrosas que combinan el horror y la comedia de manera magistral.

La proyección de El día de la bestia en el FICG39 no sólo rindió homenaje a Álex de la Iglesia y su obra, sino que también destacó su capacidad para mezclar géneros y estilos de manera única. Capacidad que pudo apreciar la audiencia con la proyección, la cual creó una atmósfera oscura y humorística al mismo tiempo que abordó temas como la lucha entre el bien y el mal, la fe y la incredulidad. El día de la bestia logró romper esquemas y abrir el camino a nuevas formas narrativas en el cine español.

La proyección culminó en aplausos, celebrando no sólo la calidad cinematográfica de la película, sino también su relevancia a través de los años. La noche del martes en el Cineforo fue un recordatorio del poder del cine para unir a las personas y, como Álex de la Iglesia expresó en otros espacios, un lugar para olvidar los problemas.