Durante el segundo día de la edición 39 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, el reconocido director y productor español Álex de la Iglesia presentó su clase magistral “El universo del cine de género fantástico: según Álex de la Iglesia” en la Sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CAE).
Con más de 30 años de trayectoria, el director, productor y guionista de cine es uno de los grandes referentes consolidados de la cinematografía española. El cineasta responsable de producciones como El día de la bestia (1995) y Las brujas de Zugarramurdi (2013) ha experimentado con una gran variedad de géneros cinematográficos, pero se distingue por su habilidad para mezclar la comedia, la acción, el terror y la fantasía, siendo la comedia negra, el thriller y el terror sus géneros distintivos.
Con una audiencia cautiva, Álex de la Iglesia expresó su inclinación por el uso de contrastes y la contradicción como soportes narrativos, así como su preferencia por las historias disruptivas que no se olvidan, entretienen y que sirven como una vía de escape.
“Las imágenes dan una sensación de coherencia. Incluso en el caos, hay una especie de coherencia, en la asimetría y, sobre todo, en la falta de acción. Lo arbitrario, al final, genera una especie de sentido, y quizá sea ese: la pasión por el ridículo es algo que me resulta fascinante”.
Asimismo, De la Iglesia destacó la importancia de la música en el arte cinematográfico y la comparó con un amigo que acompaña al espectador a ver una película. La música es “la mitad de la imagen”, añadió.
Finalmente, y en medio de grandes emociones, se realizó una sesión de preguntas y respuestas en la que el auditorio aprovechó para conocer la postura del director acerca de diversos temas como: la modernización de la sociedad en la era de la información, la elección de proyectos de acuerdo a su viabilidad económica y la importancia del trabajo en equipo durante la producción de una película. Además, sostuvo que vivimos en una época privilegiada que nos da la oportunidad de experimentar con el cambio.
“Ahora tenemos la responsabilidad de contar historias que ayuden a que una serie de personas dejen de pensar como piensan y piensen de una manera más abierta y más diversa”, concluyó.